Los bebés lloran en sus primeros años de vida para comunicarse. A través del llanto nos transmiten todas sus necesidades y nos expresan sus emociones, siendo importante el tratar de averiguar cuál es el motivo del mismo. Para ello es preciso comprobar, una a una, si sus necesidades básicas están cubiertas:
- ¿Tendrá hambre? Ante el llanto de tu bebé, lo primero que debes hacer es comprobar si se calma dándole el pecho o el biberón (aunque no haya pasado el tiempo acostumbrado desde la última toma). Como pauta general es conveniente procurar que no pasen muchas horas entre toma y toma.
- ¿Tendrá sed? Si hace calor y el niño sigue llorando a pesar de haberle ofrecido alimento, quizá tenga sed. A partir de los 6 meses puedes ayudarle a hidratarse ofreciéndole un biberón de agua y a la vez disminuyendo la temperatura ambiental.
- ¿Estará cansado? Si tu bebé tiene los ojitos hinchados, los párpados enrojecidos, da muestras de no desear compañía y lloriquea, probablemente se siente cansado y demasiado estimulado y lo único que necesita es relajarse y dormir. Ten en cuenta que un exceso de visitas, ruidos y estímulos pueden estresar a los bebés.
- ¿Tendrá el pañal sucio o estará escocido? El simple cambio del pañal o dejarle sin el mismo el resto del día o de la noche le calmará y dejará de llorar. Es importante que te asegures de que el pañal o cualquier otra prenda de ropa le oprime o le pellizca algún pliegue de piel.
- ¿Tendrá sueño? Si los ojitos del bebé parecen haberse empequeñecido y su llanto va en aumento a pesar de tus intentos de distraerlo, es posible que lo único que necesite sea dormir.
- ¿Tendrá frío o calor? El bebé puede mostrar síntomas de incomodidad tanto si tiene frío como calor. En el primer supuesto, además de abrigarlo y ajustar la temperatura convenientemente, la simple maniobra de colocarlo boca abajo hará que tolere mejor el calor. En el segundo caso, sácale alguna prenda y vigila la temperatura ambiental.
- ¿Estará aburrido? Si tu bebé se siente solo o se aburre su llanto parecerá fingido o como si estuviera protestando. El distraerlo con un juguete, cogerlo en brazos, hablarle o llevarlo a un lugar de la casa donde haya más gente, lo calmará enseguida.
Si tras hacer todo esto tu bebé sigue llorando, quizá sufra algún trastorno que le produce malestar, irritación o dolor, como por ejemplo un cólico, una otitis o la salida de un diente. Debes contactar con tu pediatra si:
- El llanto resulta excesivo y no desaparece en un día a pesar de haber intentado calmarlo mediante la puesta en práctica de los medios habituales.
- El llanto se acompaña de fiebre.
- El bebé muestra irritabilidad, inapetencia o letargo.